jueves, 9 de septiembre de 2010

Amigos


Hoy tengo ganas de hablar sobre las amigas, esas amigas que me han enseñado, tanto para bien como para mal, amigas que, me guste o no, ha dejado huella en mi vida y me ha hecho ser como soy hoy, con todos mis defectos y todas mis virtudes (mis particularidades son de nacimiento y la verdad que las cuido mucho porque me gusta ser como soy, ya ves, soy así de rara).

Podría empezar por la adolescencia. Todo empieza en la adolescencia, porque la infancia, la que más o la que menos, todos la recordamos como algo dulce. Tuve la típica mejor amiga, aquella que sabe todo de ti, aquella en la que confías más que en ti misma. Gracias a ella aprendí a caminar con tacones, y no porque ella me enseñara, NO, fue porque la primera vez que me puse unos tacones se rió de mí porque caminaba “como un tío”. La miré con odio y dije: “¿Sí? Te vas a enterar”. (Tierno, ¿verdad? Qué maravillosos 14 años... ¡¡¡NO VUELVO NI DE COÑA!!!). También sufrí el típico mal de amores de ese chico que te gusta pero que ni siquiera sabe que existes (ya son ganas de sufrir). Hormonas. Hay que ver cómo nos dominan.

En el instituto tuve otra amiga una chica bastante extraña, con peinados y tintes imposibles. Una niña poco común que tenía la increíble capacidad de atraer las miradas de todos los varones que hubiera en la sala. Se ganó todo mi cariño y de alguna manera me convertí en su hermana mayor. Nos convertimos en la sal y pimienta de todas las mesas, pues ninguna fiesta estaba completa si faltaba alguna de las dos, o así lo sentía yo, hasta que, por supuesto, un tío se interpuso. Parece ser que a él le gustaba yo y ella empezó a flipar y me dejó de hablar (repito: hormonas...).

Me pasé bastante tiempo sin amigAs, pero siempre hubo un amigo (AMIGO, sí sí, un hombre y sin tensión sexual, y no era gay, increíble ¿eh? ¡Pero cierto!) que me daba abrazos de oso si mi corazoncito adolescente lo necesitaba y me consolaba pacientemente (MUY pacientemente), pero se fue a vivir lejos y debido al amor se estableció lejos de nuestra ciudad natal y claro, ya nada volvió a ser igual, aún siendo una de las personas más importantes de mi vida y una de las que más quiero a pesar del tiempo y las circunstancias.

También un día, por casualidad conocí a una chica que de alguna manera llegamos a la conclusión de que estamos en armonía cósmica, de tal modo que muchas veces nos leemos el pensamiento. Gracias a ella creo que más de una vez no me he tirado por el balcón y no he matado a nadie.
¡¡GRACIAS por manetenerme lejos del CEMENTERIO, LA CÁRCEL y posiblemente el INFIERNO!! (JAJAJAJA)

En la Universidad conocí a una de las mujeres más increíbles que he conocido, una chica natural, sin complejos, fuerte, divertida y con muy mala idea para los hombres pero un gran corazón, que si te lo ganas, ganas a una persona íntegra, de las que quedan pocas. Gracias a ella levanté el vuelo después de muchas y muy duras y dolorosas caídas.

En cierto momento de mi vida conocí a un chico, en este caso, gay, que con el tiempo, un día, de repente, se convirtió en mi mejor compañero, en mi gran aliado, en mi confesor, mi Maridito. ¿Qué más puedo decir?

Por otro lado aparecen amistades donde menos te las esperas, como por ejemplo, la vecina de un conocido (te preguntarás cómo se hacen lazos así, pero es que Dios las cría... y ya se sabe). El caso es que encontré en una persona que me pillaba de casualidad una amistad cálida y divertida, llena de confianza y respeto, compartiendo buenos momentos, alguna lágrima y otros amigos. Gracias a ella he conocido gente maravillosa, que también se han convertido en poco tiempo en mis amigos.

Volvió también a aparecer en mi vida una amiga de la más tierna infancia, mi amiga desde los 6 años. Compañera de juegos que hoy es compañera de aventuras, las más locas y descabelladas me suceden con ella. Pasó las vacaciones conmigo y me dijo: “Qué ganas tengo de volver a mi casa, para descansar de las vacaciones”. Hasta ese punto lo pasamos bien. Lo pasamos bien hasta aburrirnos.

Estos son, entre otros, las personas que más han marcado época en mi vida. Hay gente de la que no hablo, pero que también es importante. Desde aquí y en modo de homenaje he querido darles las gracias. A las personas que permanecen en mi vida, lo saben, les quiero. Los que no, algunos porque yo misma les he apartado, deberían saber que de alguna manera les quiero, aunque sea en la memoria. Y así les he desnudado un poco mi corazoncito.

¿Hay algún amigo al que quieran hcer mención especial? Yo no he nombrado a nadie, pero cada uno al leerlo sabrá quien es. Te invito a escribir algo referente a un amigo tuyo. A alguien especial. Dedica buenos sentimientos. Haz del mundo, con ello, un lugar mejor.
Quizás un día me levante y me pregunte qué fue de mi juventud.
Entonces volveré mis ojos somnolientos y recordaré
todas las sonrisas, todos los momentos que tuve junto a vosotros.
Quizás olvide los nombres, quizás olvide las caras, pero lo que nunca, 
nunca... NUNCA olvidaré es la esencia de vuestras almas.
Gracias a todos vosotros porque en vuestra memoria reside mi inmortalidad
como en mi corazón vuestro recuerdo.
Os quiero...
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario