lunes, 6 de septiembre de 2010

¡Qué difícil es ser princesa!

Es difícil ser princesa de un cuento que no se escribe, de una historia que no termina.
Es difícil correr detrás de perdices de esas que se comen para ser felices mientras corretean por un campo en el que tu bonito vestido de seda se enreda con las zarzas y se rasga con las ramas.
Es difícil esperar por un príncipe que nunca llega, por un sapo que nunca cambia, por un hada que nos ponga bonitas para el baile del palacio.
Es difícil que tu pie quepa en un zapatito de minúsculo cristal o convivir con las envidias de hermanastras y pérfidas brujas que creen ser las más bellas.
Es difícil hablar con el espejo, con las tazas, con los candelabros, con los relojes porque luego dicen que estás loca…

Qué difícil es ser princesa… pero... ¿quién quiere serlo?

Yo escribo mi cuento, termino mi historia.
Las perdices corren tras de mí y mi vestido de seda son unos vaqueros gastados hechos a mí.
Mi príncipe espera por mí y mi sapo no cambia porque no lo beso.
No necesito un hada madrina que me ponga bonita porque yo soy hermosa y tengo gracia para pintar mis labios.
Mis pies no van en zapatos de cristal sino en stilettos de charol negro.
Las envidias me resbalan como agua porque las brujas envidiosas ni me importan.
Hablo con el espejo para decirle lo bonita que me veo hoy y lo maravillosa que es la mujer que refleja.

¿Estoy loca? Puede ser… pero bendita locura la de ser YO MISMA…

Te toca... tu historia la escribes con tu letra…

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